jueves, 23 de septiembre de 2010

Descontrol - Episodio 3 (Parte I, II y III)

I
La tela del vestido se adhería a mi piel con la pesadez del agua, dejando ver perfectamente mi silueta de las rodillas a los hombros. Mi cabello, cara y pies también yacían empapados y congelados. La atmosfera tibia de la habitación del hotel se había enfriado completamente; el azul grisáceo de las paredes y los muebles blancos daban la impresión de estar en un palacio de hielo.

Recostada en la cama, sentí cómo las sábanas y colchón absorbían poco a poco la humedad que despedía. A pesar de que el frío comenzaba a calarme no era capaz de moverme. Tenía la impresión de que en algún momento la cama despegaría y emprendería un vuelo que no quería perderme.

(In the days, the golden days when everybody knew what they wanted... It ain't here today)

II
En un grito sórdido de orgasmo se desvaneció la poca cordura que ya quedaba entre Ana y yo. Nuestras manos se unieron en un intento sólido de sujetarse a la realidad que ya agonizaba. La existencia de ambas era tergiversa y las alucinaciones nos comían a diestra y siniestra. Por unos segundos, la lucidez me invadió y logré lucubrar: ¿Quién dijo que Vodka, LSD, MDMA y cocaína era una buena mezcla?. De pronto miré la ropa de Ana, parecía fundirse en la cama. Habíamos despegado, no habría marcha atrás.

Hasta ese momento, noté que habíamos dejado la regadera abierta.

(Through the times of lasting love, when parents talked of things tried and tested, It don't feel the same)

III
La piel erizada, respiración agitada y múltiples clímax que alcanzamos en tan solo 2 horas, mientras las mandíbulas se contoneaban a diferentes ritmos, dejando chasquear dientes y lengua. Sé que pronunciamos oraciones carentes de sentido y el cuarto se había llenado de colores. Ana prendió el televisor, la mitad de los canales eran pornografía, a ninguna de las dos nos gustaba.

Después de una hora más, ambas estábamos secas, con temperatura alta, y menos asustadas por el viaje. El éxtasis estaba bajando, sin embargo el ácido nos llevaba más y más dentro de una laguna demencial. Láser azul al contorno de cada una, alumbrando nuestros rostros. Ana en verdad me resultaba preciosa.

(Dreams and belief have gone. Time, life itself goes on. Far beyond the shrinking skies. Where money talks and leaves us hypnotised, It don't pave the way)

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