Un dolor en la cadera, al andar, al sentarme, al bailar, al cargar a mi bebé. Un dolor grave, caliente que se expande hacia delante, la pelvis. Que me deja mover poco y no permite recostarme. Encontrar la posición correcta para descansar es un arte. Mi cuerpo curvo y sus dolores, que lo cansan, que lo matan, que me vuelven lenta. Qué dolor más infeliz. Con movimiento de gata me acuesto sobre la cama, cierro los ojos y me preparo a dormir. Qué dolor más femenino.
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