sábado, 8 de mayo de 2010

No es sadismo

Estás sentado frente a mi trono. Te quiero ahí, con alfileres perforé tus rodillas para mantenerte cerca, rompí tus tobillos para que no corrieras y con más alfileres insertados en tus pómulos obligué a tu sonrisa. Tus manos deberán permanecer posadas en tu vientre, de no ser así te insertaré alfileres entre cada uña y piel. Te quiero lindo, calladito, bonito, limpio. Con navajas corté tus parpados para que me contemples sin pausas y detrás de ti puse un ventilador que sople tu aroma todo el día. Debajo están sábanas recogiendo cada gota de sangre que más tarde exprimiré y beberé. Ayer solía temer que me dejarás, hoy no y te disecarás y perderás el encanto mientras tanto, yo iré dejando a un lado mi paranoia.