lunes, 28 de diciembre de 2009

Léeme

Léeme, cómeme, bébeme y Trá-ga-me. Rasgúñame, úntame, muérdeme, tócame. Quédate aunque sea con residuos.
Digiéreme, deshazme en tus entrañas, retuércete conmigo dentro de ti. Méteme en tu boca y mastícame, PROHIBIDO ESCUPIR y si lo haces, que sea hacia arriba para que te caiga encima. Hazme tuya, hazme parte de ti, llénate conmigo, vacíate de mí. Atáscate de mis palabras, asquéate de mis letras, excítate con mis sonidos, muérete sin mí.

Púdrete en mis escritos, que mis ideas te disuelvan. Que tu cerebro se funda en mi hervidero de párrafos.
Léeme, es una orden, flagélate con mi látigo de verbos. Engendra hijos que lleven mi firma como apellido. Cásate con mis vómitos plasmados en estas líneas. Acaríciame y desliza tus dedos cual lo hicieras en mis curvas, soy braille, léeme.

Llénate de mi amargura, déjame corroer tus sesos, tus vísceras. Déjame masticar tu corazón, déjame roerte entero. Transfórmate en mi amante, divulga mi palabra. Sé mi fiel seguidor. Ámame, ódiame, repite cada una de mis frases en tu cabeza, desvélate. Grábame en tu frente, escríbeme en tus cuadernos, dibújame en tus sueños.

Exprime tu cerebro y déjalo secar bajo mi sol. Soy luz que ciega. Caliento tus neuronas y te ofrezco unas nuevas. Mastúrbate y conócete en mí.

Renace en mi seno, yo te conservo, te ofrezco una vida, llena de todo y nada. Soy niña, tu compañía.
Léeme y entiende, entérate, siente. Entretente, idealízame. Báñate conmigo, báñate con mis aguas, moja cada poro y absórbeme. Que te dé una sobredosis. Yo te absuelvo y te bautizo, bajo la iglesia de mi fe y mi gloria. Da un sentido propio a mi testimonio. Apasiónate de mi pasión.
Enamórate de mis cuentos y sonríe cual si fueras mío.

Alejandra Ledesma 


2009

martes, 22 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad 0.1

Primera Parte
Pablito siempre fue el consentido de mis papás. Pablito era el orgullo de mi papi por saber tocar el piano mejor que él. Pablito era el consentido de mami porque todos decían que tenía los ojos azules de la abuela.

Pablito les caía bien a todos los niños del colegio porque corría rápido y ganaba las carreras. Pablito era el preferido de la maestra porque sabía sumar y restar. Pablito era el centro de atención en cualquier ocasión, dentro de la casa o en algún evento del pueblo.

El día que intenté tocar el piano de papi, éste llegó furioso y me bajó del banco, dijo que no quería escuchar ruido en la sala y que el piano no era un juguete, entonces me enojé ¡que berrinche!, a Pablito siempre lo dejan tocar cuando sea.

Antes de dormir, todas las noches mami se sentaba en la cama de Pablito a contarnos un cuento, y al final le daba un beso en cada ojo, pero a mí me deseaba buena noche desde la puerta.

En las fiestas familiares escuchaba a mis tías en la cocina hablar de nosotros, Pablito, el más lindo. “Y la niña ¿por qué no es güerita como el hermano? Que chistoso, son cuates y uno salió tan bonito y la otra…”
Mis tíos cargaban a Pablito, mis primos querían estar en su equipo en los quemados, todos gritaban su nombre en las porras. En nuestro cumpleaños, Pablito siempre recibía más regalos que yo, él soplaba las velas de pastel antes.

Odiaba a Pablito, mi abuelo decía que los niños somos angelitos que bajamos al mundo para traer amor, pero el único que recibía amor era Pablito, el único con cara de ángel era Pablito, pobrecito, él no tuvo la culpa de ser tan bonito, pero ¿qué culpa tenía yo de no ser como él?

Lloré mucho, mucho, mi mami me preguntaba por qué lloraba y mi papi solo le decía que lo hacía por llamar la atención. Ambos me ignoraban y a Pablito no le quedaba de otra más que seguirles la corriente o ¿a caso sería realidad que no se diera cuenta de cómo su sombra fui? Pablito, indiferente.

Pocas veces Pablito jugaba conmigo, no, él siempre tenía algún amiguito para jugar, hasta las niñas que iban conmigo terminaban jugando con él. Pablito, carismático.

Cuento de Navidad 0.2

Segunda Parte
El colmo fue en la posada de la iglesia, todos acudieron, mis papis nos llevaron bien abrigados. Yo de rojo y Pablito de café, cantamos y cenamos ponche, jugamos con luces de bengala ¡aah cómo me gustan las luces de bengala! Tío Agustín dice que no hay que pegarlas mucho a la cara porque nos chamuscan las greñas.

Jugábamos en la cancha, Luisa es una niña que nunca me ha querido, en la escuela me hace maldades pero se lleva bien con Pablito, andábamos corriendo cuando Luisa me pegó un chicle en el cabello, me lo intenté quitar pero se me pegó más, entonces me puse a chillar y Pablito me llevó atrás de la iglesia. No sé de donde sacaría las tijeras pero se puso a cortarme el cabello enredado en el chicle para que no acusara a Luisa.

Luego de eso, fui con mi mami y se puso a gritar, llamó a papá y cuando me vio se soltó a reir, todos me vieron, se burlaron, hasta decían lo fea que me veía, “¡Ah qué Pablito! ¡Condenado travieso! ¿Cómo fuiste a desgraciar a tu hermana así?”. Varios sacudieron la cabeza de Pablito y él nada más sonreía. Pablito, abusivo.
Mami me llevo a casa, me dejó llorando sola. Entonces pensé y pensé, y a una sola cosa llegué: para que mis papás me quieran y ya nadie me hiciera burla, Pablito tenía que morir.

Cuento de Navidad 0.3

Tercera Parte
Cerca del pueblo, después de la carretera empedrada hay unos campos cercados, atravesando, hay una zanja honda para cualquier niño de seis años y con harta corriente. Ningún chiquillo se atreve a salir de los arcos en la entrada del pueblo, mucho menos ir al empedrado, todos lo tenemos prohibido, de los campos dicen que son tierra de nadie.

Nos mandaron temprano a comprar pan para la cena de Noche Buena, nada más teníamos que ir a casa de Doña Chata, queda a unas cuatro calles, y no hay que atravesar la avenida grande. Nos dieron 40 pesos, ya íbamos en la tercer calle cuando le mentí a Pablito “Oye conozco otro lugar donde hacen pan y lo dan más barato, ¿y si vamos allá y luego nos quedamos con el cambio?”. Lo dudó unos segundos, pero cuando le dije que lo podría gastar en bengalas y en las maquinitas en seguida me dijo que sí, entonces nos encaminamos al empedrado. Pablito, tonto.

Llegamos a los campos, Pablito se detuvo a repetir la advertencia de las tierras sin dueño, lo convencí, mentí de nuevo y dije que no faltaba mucho para los panes así que seguimos. Por fin llegamos al margen de la zanja, estaba hasta el tope, me agaché para tocar el agua congelada. Pablito me gritó desde unos pasos atrás que me alejara, era peligroso, tenía razón, ¿y si me iba de cabeza? De todas maneras volví a mentir, dije que el agua estaba caliente que fuera a tocarla y así fue. Pablito, curioso.

Mientras él se acercaba, yo me levanté rápido y tomé una piedra. Pablito se agachó, tocó el agua y me gritó “¡Eres una mentirosa!¡El agua está fría!”, iba a aventarle la piedra cuando se paró rápido y me vio con la piedra en la mano.

Cuento de Navidad 0.4

Cuarta Parte
Sus ojos se hicieron enormes, me dio miedo su cara de miedo. Entonces lo único que pude hacer fue estrellarle la piedra en la frente para que no siguiera mirándome.

Pablito cayó a la zanja de espaldas, el agua se lo empezó a llevar rápido, corrí a lado de él, llevaba todavía sus ojitos abiertos pero no se movía, me cansé de correr y lo vi irse.
Pablito, muerto.

Tuve que regresar al pueblo, fui a casa de Doña Chata y compré el pan. Llegué a casa y mami estaba en el zaguán esperándome, me preguntó por qué había tardado tanto y sobre Pablito, le dije que el pan no estaba listo y sobre mi hermano, no quiso acompañarme , se fue a jugar maquinitas, a mitad del camino nos separamos, me creyó. Mami, inocente.


Hoy es navidad, papi no está, ayer la cena no fue lo que esperábamos. Han venido varios policías durante todo el día a hablar con mi mami y a preguntarme por el niño. Pobre mujer, no deja de llorar pero al menos me ha abrazado muy fuerte durante la noche. Por mi parte, abrí mis regalos de navidad ¡que muñeca más preciosa! y estoy segura que es solo cuestión de tiempo para que me dejen quedar con los regalos de Pablito.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Martes 15 de diciembre, 2009

"Lo mejor de todo es cuando le quitas los calzones a tu novia y los avientas... lo más lejos posible, para que no pueda ponerselos de nuevo." Dijo Carlos entre whiskey, Jaime en vino y yo... guardando en mi cajón de memorias las preciadas anecdotas de mi adorado, que usualmente usa pantalones ajustados.
-Debe ser extraño, estar parado desnudo, es como estar completamente ¡Desarmado!- Jaime suena muy virginal.
- Desarmado no, porque puedes tener la espada en la mano.- Carlos sonrie.
Jaime prepara pasta y abusa del orégano. Empieza la noche y ya con un par de copas encima nos acostamos, dormimos un rato.
Me da risa imaginar que en 20 años ellos serán los principales líderes de opinión en México y que algún día en su juventud los escuché decir semejantes burradas como cualquier niño común. Voy a extrañar a este par de excentricas personalidades.




Carlos Rangel y Jaime Díaz

lunes, 7 de diciembre de 2009

Periodismo a la mexicana

El periodista en México:

  • No sabe... solo los demás creen eso.
  • No es investigador... es chismoso.
  • No es corrupto... es penosamente necesitado.
  • No es valiente, ni osado... es impertinente.
  • No es intelectual... es soberbio.
  • No es reservado... es envidioso de su poca sabiduría.
  • No es amenazado... es sentenciado.
  • No es asesinado... es humillado públicamente.
  • No es interesado... es falto de ideología propia.
  • No es censurado... no ejerce su libertad de expresión.
  • No escribe... parafrasea bonito.
  • No informa lo necesario... llena espacios necesarios de papel en blanco.
  • No es duro y directo... es grosero e irónico.
  • No hojea periódicos... busca el crucigrama.
  • No sabe de sociología... sabe de espectáculos.
  • No conoce la política... conoce la publicidad.
  • No se ilustra en los libros... se ilustra en el alcohol.
  • No establece fuentes de información... tiene conocidos que están más informados.
  • No es buen periodista... se rodea de tipos más ineptos.
  • No sale en la televisión... esos son animadores.
  • No sale de la Septién... nace siéndolo.
  • No es periodista... es un pendejo sin nada más qué hacer.
¿O me equivoco colegas?

domingo, 6 de diciembre de 2009

Alspotting

Choose Me. Choose sleep at sociology class. Choose blasfemies. Choose fat foods. Choose to read this with a stupid scottish accent. Choose Wednesday's hangover. Choose stealing infrigements from other cars so owners couldn't know what happened to their car plates. Choose LSD. Choose starving at school to raise money for beers. Choose lonelyness. Choose midnight paranoia. Choose evil's smile within. Choose some new clothes each month. Choose black eyeliner. Choose punching at face. Choose being drunk in the back of the car. Choose your brothers. Choose passion. Choose contrasting colors. Choose female schizophrenia. Choose mental perpetual virginity. Choose rock music. Choose to surround yourself crazy. Choose freedom. Choose quiet and serious man. Choose Tyler Durden. Choose to write over read. Choose milkshake. Choose style. Choose to ignore your aches. Choose my kisses. Choose being on drugs at the street. Choose always win an argument. Choose big houses with big dogs. Choose cruelty and loyalty. Choose Satan and what he offers. Choose pleasure. Choose to die before the commitment with anyone. Choose party. Choose a seedy bar before a fine brothel. Choose not respect your own body but make sure that others do it. Choose live fast and die old. Choose drama. Choose alcohol. Choose being double Bi: bipolar and bisexual. Choose taunt. Choose inspiration. Choose not using condom. Choose loud laugh. Choose dance at any moment. Choose uncomfortable questions. Choose more male friends. Choose to spend time with me. Choose flirt. Choose panic. Choose existential problems. Choose doubt about your mental health. Choose being so fuckin happy.

CHOOSE TO DIE BY MY SIDE.

CHOOSE ME. CHOOSE ALSPOTTING.