martes, 27 de octubre de 2009

Mal Atractivo cap. 2

Esperanza y Mario

*Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

El ocaso se hacía largo, minuto a minuto el tedio de Mario aumentaba, anhelaba dejar aquella faena que consideraba deplorable pero el aquejo de sus endaudamientos no se lo permitían; lo peor era soportar la corbata.

Estaba ahí para enseñar, nada más. El señor Quintana le abonaba por esclarecer la deficiencia matemática de su hija. En miércoles era la cita puntual a las cinco de la tarde. El clima nunca variaba, las nubes no revelaban al sol. Había un vaso con agua de sabor.

Varios pensamientos funestos y de golpe brotó la presencia de Esperanza Quintana, con mirada achispada, actitud llena de garbo, un rostro un tanto infantil. Mario no podía evitar empapar sus ojos con semejante atractivo, cabello castaño lacio recogido, ojos enormes de un café común, piel rosada sin gota de maquillaje, usaba un jumper azul marino que le llegaba arriba de las rodillas y unas botas negras bastante masculinas.


Esperanza notó de inmediato la afinidad de aquel hombre jovial pero varios años mayor que ella. Sonriendo se introdujo así misma como la primogenita, en el choque de manos no se hicieron esperar las caricias disimuladas por parte de él, ambos tomaron asiento, estaban a solas.


Las matemáticas quedaron a un lado, la conversación era deleitante, los doce años de ventaja que llevaba Mario a Esperanza eran utópicos, en la realidad eran animes siameses, el tiempo no poseía el calibre debido. La platica los mareaba, reían, disfrutaban, se conocían, se complementaban. Al cabo de dos horas, se encontraban sentados a pocos centímetros uno del otro y las miradas estacadas, él tocaba la rodilla izquierda de la quinceañera.

Esperanza se inclinó para retirar la molesta corbata cuando Mario tomo la inciativa del beso, un beso largo y profundo, lleno de pasión y ternura, lento y rápido, maravilloso y culposo, aventurado, sinvergüenza. Tras varios minutos, se abrió la puerta de la estancia, el beso se cortó por el grito ahogado de Esperanza, quien se llevó las manos a la frente, el señor Quintana hecho una fiera observaba.

Mario quería ahogarse en el vaso de agua dulce.

domingo, 4 de octubre de 2009

Fucked up angel

Beautie with style, let the rythm play loud.
With makeup in your face and lipstick in your teeth,
You smile at me, oh! poor silly chick.
Your high heels against the wall,
your dress is wet, spilled wine.
Baby, let me lick the champagne.
When will your season come?
the weed grows on your hair,
lets smoke some pot, lets dance all night long.
Beautiful queen ivory skin, taste like gold.
Swallow more extasy, look how stars fall down.
Hey! don't die girl, please don't die.

It's a lack of education to die at climax.
Fucked up angel.
The best groupie I've seen.

sábado, 3 de octubre de 2009

Mal Atractivo cap. 1

Maite y Emiliano


*Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Caminaba Maite, con la cabeza llena de apercepciones.
Era media tarde y el tiempo no daba margen, la lluvia salpicaba las ventabas, en medio de una trifulca demencial de sensaciones cuando todo parecía nublado, fue el primer intercambio de miradas.

Maite colmada de bendiciones rancias que se esfumaron y Emiliano sin noción de lo que pasaba.

En seguida fueron presentados, fue un saludo fugáz sin pretensiones. La platica se desenvolvió livianamente: reían, brindaban, suspiraban, planeaban. Así pasaban las horas y la reunión tuvo su momento auge.

Maite deshinibida por el vino soltaba bromas de humor umbrío, todos celebraban, mientras Emiliano arrojado casi a la euforia, ya percatado por completo de la maravillosa existencia de un espíritu inconsolable y pasional dentro de aquella aristócrata de personalidad ácida y explosiva.
Incluso su imagen tenía peculiaridades violentas: piel palidísima, cabello negro ondulado hasta la cintura, ojos de miel, labios carmín al igual que las uñas. Su atavío iba en tonos purpura y gris.

Era lindo observarla, ella hacía una burla mientras los demás botaban la carcajada, entonces tomaba su copa y le daba un sorbo, examinaba plácidamente el efecto de sus palabras y cuando su ojeada llegaba hasta Emiliano, entonces coqueteaba con un guíño.


Por otro lado, Maite se encontraba cautivada aunque dudosa. Él era atractivo, de sonrisa radiante, mirada pacífica, el movimiento involuntario de sus cejas era embaucador y más aun tenía unos labios que evaporaban los sesos. La manera en que aspiraba el cigarro era sugestiva y el humo emanba, envolviendola en una completa y saciada idiotez, además de tener un aroma apenas resistible que encajaba divino con su chamarra de piel.

Cuando los asistentes estaban a un punto intolerable de ebriedad comenzó el jolgorio. La música daba la pauta, la única que permanecía parada sin bailar era Maite. Fue la oportunidad perfecta, él se acercó, la tomo de la cintura con ritmo, ambos sonrieron y se unieron en coreografía. Paso a paso, la boca y naríz de Emiliano se posaron en el cuello femenino, acentuando la respiración con erotismo.