domingo, 3 de mayo de 2009

Female Violence




Sí, la violencia no lleva a nada pero se siente bien después de haber ganado la pelea. Es que me refiero solo al encuentro personal, pues hay de violencia a violencia y no apoyo las guerras donde sufren masas que no tienen nada que ver con el conflicto real. Me refiero al coraje encarnado, a la rabia insaciable que se genera a partir de un enojo con un Fulano.


Esa rabia que no te deja respirar bien, que necesitas bocanadas enormes de aire que no sirven de nada sino para alimentarla más y buscar una manera de hacer el mayor daño posible. Un ardor, ese calor intenso que empieza en la boca del estomago y se extiende hacia todo el cuerpo y se concentra más en ciertas partes, como en la garganta, los puños bien apretados y la frente. Es un poder, una fuerza, un impulso tan fuerte imposible de controlar… Un coraje que irradia en ese momento en cada poro de la piel, la sangre que corre en cada vena y lleva esas ganas de destruir a ese alguien. Cambia completamente en expresión en cara, una furia que apenas logra expresarse una milésima parte con gritos y gestos que solo agravan la situación.


Los gritos que desgarran las cuerdas vocales solo sirve para dos cosas, talvez logres intimidar al rival o puede ser que le des más razones para querer golpearte. Como sea el punto es sacar todo ese poder de manera violenta, los miedos se quedan a un lado, las frustraciones son un motor, tu meta hacer sentir mierda a tu opositor, no importa si él te hará sentir peor después, el caso es que él no se irá limpio. La satisfacción de darle aunque sea un buen golpe, tan sólo uno que valga la pena para descargar todo ese odio que, aunque no odies a la persona, en ese momento el objetivo es deshacerlo, defenderte, defender lo que eres, lo que piensas, sea justo o no, sea racional o sea puro capricho, más que todo eso junto, es una pasión que te vuelve en un ser misántropo que en sus casos más extremos te llevaría a lastimar y también humillar, no importa cómo… lo merece.


¿A caso existe algo más real? Una experiencia más vital, la violencia nace de las entrañas, nace de lo más profundo del subconsciente, no está en la mente, es algo que se manifiesta a través de todo el cuerpo. Las neuronas se funden y el instinto se enriquece. No es abrirle la boca a alguien, es romperle el hocico a un animal. Soy mujer y he sentido esa necesidad de violencia, esa necesidad que ingenuamente los machos quieren creer que es propia de todo varón, podré no tener la fuerza equitativa para reventar a un hombre… pero basta tener una botella al alcance para hacer su cabeza una grotesca fuente de sangre que salpique mi blusa favorita, dándome la satisfacción de que él nunca me borrará de su memoria.

1 comentario:

  1. VENGA MUJER... ESO ES TODO... ERES MI HEROÍNA, SOY TU FANS... JEJEJEJE

    No, la neta, que bueno que demostraste quien mandaba...

    Saludos

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