lunes, 6 de febrero de 2012

Quiero dormir

Un vapor que me quema las entrañas, las tripas me arden y se retuercen, mientras las palmas de mis manos congeladas tiemblan y se eriza la piel de mi nuca. Cierro los ojos, aprieto los puños y trato de no pensar, trato de relajar los hombros. Siento cada contractura de mi espalada, escucho el rechinar de mis dientes y tan solo después de percatarme de cuánto daño hace tu recuerdo a mi cuerpo es entonces que me libero. Abro los ojos, bajo los hombros, estiro las manos, respiro lento y profundo. Mi estómago se calma, mi boca sonríe. Quiero dormir en paz y no soñarte jamás.

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