sábado, 19 de diciembre de 2015

Sex is on fire

Cincuenta y ocho kilos de piernas, caderas, pechos y hormonas sobre tacones de 15 centímetros; me contoneo y avanzo entre miradas indiscretas que no disimulan ni un poco para verme las piernas tatuadas y los muslos atrapados en la minifalda. Una bebida espumosa en la mano izquierda y con la mano derecha me paso el cabello hacia atrás dejando a la vista mis ojos maquillados de humo, liberándolos de mi melena que ya cubre parte del escote de la espalda hasta la cintura. Nos liberamos de la gente amontonada en la barra para darnos espacio en la pista para bailar y cantar. "Your sex is on fire". Harta de no poder moverme con la libertad que deseo por cuidar que la bebida no se derrame, le doy paso a mi garganta de un solo trago. Entonces libre de ataduras, bailo con los ojos cerrados y recuerdo memorias ajenas que vienen a mí a partir de la letra de la canción. ¿Te imaginas estar en un hotel peleando con tu pareja, porque después de hacer el amor, descubriste que se escribía cosas cachondísimas con alguien más? Jajajajaja. Es mejor recapitular las desgracias ajenas que las propias. Porque sinceramente las mías son peores. Entre sonrisas nubladas por recuerdos dolorosos que a través de los años se volvieron pícaros aparece este moreno de fuego. Se presenta: Me llamo Gabriel. Este ángel que aún estaba sobrio al inicio de la conversación, cinco cervezas y dos mezcales después esta borrachísimo diciendo que nos vamos a casar. Ninguna mujer creería semejante estupidez, me siento como en escena de película de Jorge Negrete. Sin pedir permiso me robó un beso, de esos con ganas. Adiós pensamiento cuerdo. Me tomó del cabello con las dos manos y me obligó a responder el beso, él no iba a aceptar rechazos y sinceramente no había nada que obligar porque una vez sintiendo sus labios no hubo poder que me separara de ellos en toda la noche. "Tú te vas a casar conmigo, vas a ver. ¡Mesero, otra ronda!". Este tipo esta loco, pensé, y me encanta. Cinco horas después, muerta de cansancio me despedí. Gabriel se enojó e hizo un berrinche terrible. ¿Esperaba que me fuera con él a pasar la noche? "No, Alejandra, lo de casarnos es en serio". Muy bien, hasta luego, loco. Ya de copiloto con mi mejor amiga carcajeándonos de los galanes que pescamos esa noche fue cuando me dio vuelco el corazón a mis recuerdo entonces puse la canción correcta. "Hot as a fever, rattling bones. I could just taste it, taste it. But it's not forever, but it's just tonight. Oh we're still the greatest, the greatest, the greatest!" Jajajajaja otra vez la escena de mi amiga aventando la lámpara en el cuarto de hotel a su ex. Lo bueno que me acuerdo de le pasó a ella, porque lo que me pasó a mí fue mucho peor. 



(Borrador actualizado)


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