martes, 20 de julio de 2010

Como

Me pregunto ¿es verdad que todo el pasado tiene conexión con el futuro? Y ¿cómo es eso posible? Si yo no soy lo que era, ni soy lo que seré. Todo tan parecido pero ha cambiado revoluciones enteras. Lo único que sigue igual es mi dieta.
Me como el mundo, a veces uso cubierto, a veces lo destazo con las manos, lo saboreo y lo devoro, claro se me ha ido por otro lago, me he atragantado, me ha llegado a asquear, sin embargo aquí sigo, sobre la mesa con mantel, dispuesta a seguir ingiriendo lo que la vida me permita. Sacándole filo a mi cuchillo, acribillando. Hay lados que me gustan más que otros, unos suaves, otros crujientes, salados, ácidos, amargos, hay pedazos quemados. Como sea, también es mi platillo favorito. Sobretodo la parte dulce y con jugo. De vez en cuando le echo sal y pimienta a lo desabrido. No me gusta compartirlo, es mío y nada más. ¿Por qué darle a otro un pedazo de mi mundo? No, mejor que cada quien se consiga el suyo. De vez en cuando me regañan y me dicen que así no se come, me explican, me tratan de enseñar, lo que debo y no debo tomar del plato, me dan risa. ¡Están locos si creen que no voy a comérmelo entero! ¿Y dejar que sobre? ¿Qué haré con los restos? No, prefiero que me haga daño antes de desperdiciar la mínima parte. Y ya dejo esto porque el banquete me sigue esperando.

1 comentario:

  1. Me caga la necedad servida en un plato, sobre todo cuando se saborea tan bien; resulta ser un manjar.

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